¡Las coleras no son mis enemigas!

Cola frente a un mercado en La Habana al inicio de la cuarentena. Foto: Sadiel Mederos

Cola frente a un mercado en La Habana al inicio de la cuarentena. Foto: Sadiel Mederos

Siento alivio cuando constato que la palabra colero no significa, en nuestro idioma, persona que hace una cola varias veces para comprar más de una vez.

Colero significa persona ayudante del capataz en las minas. Como en Cuba no hay capataces tampoco hay coleros.

No voy a escribir un artículo jurídico ni sociológico —no soy sociólogo— ni histórico porque no he investigado responsablemente para esta tarea.

Voy a escribir como ciudadano, que es algo que soy todo el tiempo, en la calle, en la casa, frente a las noticias diarias, en mi relación con el mundo.

¿Quiénes son las personas que hacen colas en Cuba para vender turnos en ellas o productos en reventa?

No puedo hablar de todo el país, pero he observado durante décadas la sociedad en la que vivo. Veo todos los días quiénes son los llamados coleros en La Habana.

Lo primero que hay que subrayar es que son personas, ciudadanos cubanos y cubanas, viven aquí y tienen los mismos derechos que el resto de la población.

En esta ciudad salta a la vista que la mayoría de las personas que se dedican a hacer colas en tiendas, mercados, agros, son mujeres negras y pobres. Ni un solo periodista de la prensa oficial cubana ha mencionado esto; como si no importara, como si ese fuera el lugar que les tocara a estas mujeres.

Detrás de las medidas emergentes, drásticas y exageradas contra los coleros, lo primero que existe es un ninguneo asombroso a un grupo social discriminado y que debería ser protegido por el Estado, no perseguido.

Algunas preguntas me resuenan en la cabeza sobre estas coleras, o mejor, sobre estas mujeres que pasan madrugadas, días, soles y lluvias a la intemperie para comprar más de una vez y no quedarse con casi nada de lo comprado.

¿Quiénes son?, ¿dónde viven?, ¿con qué cuentan económicamente cada mes para mantener a sus familias y a ellas mismas?, ¿dónde estudiaron?, ¿no pertenecen a los Comités de Defensa de la Revolución?, ¿no son parte de la Federación de Mujeres Cubanas?

Estas preguntas no importan cuando se trata de buscar un culpable a décadas de crisis económica, pobreza, desabastecimiento, ofertas reducidas, demandas crecientes. El pueblo no tiene la culpa de las colas. Las largas filas ante los mostradores no nos complacen. El desespero de la vida perdida en colas no lo conoce ningún burócrata. Ninguno de los que asisten a la Mesa Redonda hace colas, ninguno.

Si los coleros —llamados en masculino en una enésima interpretación machista de nuestros problemas— son los responsables de las colas, del desabastecimiento; si deben ser perseguidos, entonces me pregunto ¿hay coleros en las gigantescas filas de los bancos?, ¿se revenden cuentas bancarias, tarjetas de cobro, chequeras? Es falso que los coleros sean la causa de los problemas.

Hace mucho tiempo que tomar un helado en Coppelia se convirtió en una tarea de horas, de pie, al sol, sin garantía de éxito ni de buen trato y ¿dónde están los coleros y coleras de Coppelia?

Es falso que el desabastecimiento sea causado por revendedores y coleros, ningún libro de Economía, escrito por cualquier economista de cualquier latitud e ideología, achacaría jamás una crisis productiva, de burocratismo, de pérdida de infraestructura, de pérdida de servicios e industrias, de desbalance comercial, a personas que hacen colas más de una vez para comprar más y revender.

Las coleras y coleros son consecuencia de una larga crisis económica. La sociedad cubana encuentra sus salidas y así convivimos y hemos convivido durante más de 40 años con el robo en las fábricas, con el desvío de recursos, con el cohecho, con el hurto y sacrificio de ganado, con la malversación, con el contrabando, con la reventa de productos de todo tipo, con la pesca ilícita, con la venta ilícita de aguacates, con la venta ilícita de merenguitos y melcochas, de durofríos, cucuruchos de maní y tamales.

Los mercados informales nos han salvado la vida durante mucho tiempo. La supervivencia se ha adueñado de nuestras vidas. El que diga lo contrario miente o no conoce la vida cotidiana de nosotros, los que consumimos todo lo que nos venden en la libreta de abastecimiento.

Las coleras y coleros se han aprovechado de nuestra escasez y han arremetido contra las tiendas, haciéndose dueños y dueñas de los espacios que casi nadie quiere ocupar, porque hace falta un entrenamiento de vida violenta, dura, de sacrificio y de valentía, para pasarse los días escapando de la policía, de los informantes y de los ciudadanos que saben defender sus derechos.

Entre los coleros y coleras hay personas de todo tipo, no todos son decentes, no todos son honrados, no todos son tolerantes ni bondadosos, pero esto sucede también entre médicos, abogados, choferes de guaguas, dirigentes y periodistas.

La nueva tarea, combate, cacería, que se ha desatado contra coleros y coleras es un error político, ético, social, de clase, y desprende un fuerte olor a incomprensión de los problemas de la patria, y de la base social que sostiene este país.

Una revolución de los humildes, por los humildes y con los humildes tiene que ser también una revolución con los coleros. Ellos —y sobre todo ellas—, que creo que son mayoría en este trabajo, son parte del desastre al que hemos llegado. Ahora, es injusto, miserable y facilón, echarles la culpa de los campos resecos, del pulular del caracol gigante africano y los mosquitos letales, de la extinción de las toronjas y la corrupción como forma de vida.

¡Prefiero que el enemigo siga siendo el bloqueo, las coleras no son mis enemigas!

 

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La publicación "No soy enemigo de las Coleras,muy cierta,refleja la cruda y triste realidad de Cuba.Solo lo Siente quienes lo Vivimos

Los coleros no son tus enemigos porque tú estás donde quieres estar lejos de esas colas. No son víctimas sin personas que tienen una organización en la que se involucran otros que no están en las colas, son y pueden ser agresivos con personas de cualquier edad, incluidos viejitos que si hacen las colas desde temprano. Ganan alrededor de 20000 pesos mensuales. Muy por encima del salario promedio. Pueden existir otros culpables de la colas. Pero estamos hablando de los soldados de una mafia que se torna peligrosa. Investiga a profundidad. Estas desactualizado.

Para mí los coleros no son lo que usted dice sencillo no les interesa ningún tipo de cambio no les interesa trabajar y lo digo porque amuchos les e preguntado y para ellos es un modo de vida son los que se meten el día tomando cerveza y otras cosas que les da el negocio de re vender y no les importa que tú qué trabajas de sol a sol tengas que pagarles muchas veces lo que vale el producto no es ni lógico ni saludable son vagos por naturaleza no justifiquen lo que no se debe te voy a escribir un dicho muy cubano la justificación no es más que la prostitución del carácter de las personas

Hola. Soy mujer, blanca y vivo de mi salario de abogada de una empresa de un sector industrial "priorizado". Gano 5000 pesos al mes. Bajo el criterio del redactor creo que merezco que el estado me proteja, ya que soy una ciudadana trabajadora, que constribuye y aporta a la sociedad. Me imagino que una anciana blanca, negra o carmelita, que vive sola y que tiene que hacer una cola interminable para comprr medicamentos o pagarle el turno a una colera, merece aún más protección. Trato de vivir mi vida intentando no hacer de nadie un enemigo, pero la colera o colero (no me importa su color) que goza de salud y juventud y decidió no estudiar ni trabajar, sino vivir de la guapería y la marginalidad que caracteriza a esas personas y aprovecharse de los que si trabajamos y no tenemos tanto tiempo libre, no creo que necesiten protección de nadie, ni ser considerados un mal necesario. Que la mala gestión estatal a todos los niveles y en todas las esferas ha hecho que prolifere esa fauna...estamos de acuerdo. Los coleros son una consecuencia del desabastecimiento, pero le echan sal a la herida sangrante...y ponen todo peor de lo que ya está. Ahora revender es un trabajo mejor remunerado que salir todos los días a trabajar y a producir. Son los coleros parte del engranaje (que integran tenderas, farmaceuticas, mipymes, etc) que hace que muchos productos a precio "normal", ni siquiera vean el mostrador del establecimiento y vayan directamente a la reventa a precio astronómico que finalmente pagamos nosotros los consumidores, el último y maltratado eslabón de la cadena. A nosotros quién nos protege?

Saludos. ¡Lamento no estar de acuerdo con esta afirmación!. Según usted En esta ciudad salta a la vista que la mayoría de las personas que se dedican a hacer colas en tiendas, mercados, agros, son mujeres negras y pobres. Qué ellas sobresalen , es otra cosa .. Qué sean por su bajo nivel cultural o intelectual aparentemente las que más sobresalen ,es otra cosa... Habrá que preguntarles entonces, de donde proceden, que estudiaron , dónde viven o de qué ciudad o provincia de Cuba son y ahora habitan en la Habana. Le recuerdo que nuestra migración no sólo es externa también y por mucho es interna.... Muchas personas hoy se ganan la vida desde los momentos más difíciles en estos últimos años haciendo colas ,comprar para restaurantes, cafeterías, o timbiriche de todo tipo...... ¡Habría que dejarle a los sociólogos hacer ese estudio!. Otra afirmación que no estoy totalmente de acuerdo... Me gustaría que sacará de su lista a Médicos. ¿Usted sabe a cuánto maltrato estamos expuestos. ¿Usted se ha preguntado cuánto nos roban en cada pesa del agro, la bodega.... ¿Usted se ha preguntado cuánto hemos perdido en estos últimos 4 años y cuánto hemos dejado de vivir ,desde que decidimos escoger esa digna profesión y cuánto nos hemos exigido para proteger a nuestro pueblo y más en estas circunstancias. ¿ Sabe cuánto ganamos. ¿Sabe que lamentablemente nuestro salario hoy y siempre ha sido sólo un mal diseño y pareciera una caridad que nos somete a estar pensando cómo superar ya no el mes ,sino el cada día.... Su otra afirmación... Entre los coleros y coleras hay personas de todo tipo, no todos son decentes, no todos son honrados, no todos son tolerantes ni bondadosos, pero esto sucede también entre médicos, abogados, choferes de guaguas, dirigentes y periodistas. Dejé entonces a los sociólogos, la investigación,no incluya sin tener cifras, investigaciones y sobre todo demostrar aquello que imaginamos, pero que sin números he investigaciónes no se hacen verdades. Yo pudiera decirle que coleros es un nuevo puesto de trabajo que se ha creado y abusa de las necesidades de aquellos que vivimos de un salario,no son sólo mujeres hay de todo,hasta niños en edad escolar que son explotados por sus padres para revender ...mujeres que pasan todo el embarazo en ellas( las colas), para revender... hay hasta proxenetas de colas... ¡Qué su origen es la escasez estoy de acuerdo, que su origen sea una economía qué no deja de dar bandasos sin centrarse en que hacer, lo que hace que vaya todo a peor en vez de emerger ,es verdad. Qué la pirámide se siga hundiendo de manera invertida y el éxodo de profesionales sea para ser coleros o para trabajar en el sector privado los menos emigrar los más y no le encuentren absurdamente cómo revertir esto es absolutamente verdad... Pero ser colero hoy es un negocio jugoso, más que ser médico, maestro, abogado, periodista muchas veces sin tiempo para hacer colas y tener que caer en las manos desonrosas y muchas veces humillantes de un "Colero". Saludos. Siempre me ha gustado leer sus valoraciones. Un abrazo. Dr Alexei López Fontanills.

Para mí resulta incomprensible como una persona tan instruida, puede usar lenguaje seudo-neutro y destrozar el español. ¿Cómo puede alguien notar la manipulación implícita en el artículo, pero no saber que escribe mal? ¿satiriza a propósito el tema de género que plantea el artículo? ¿?

Mira de verdad que esta noticia, que más bien es una defensa a esos coleros solo la pudo escribir alguien que de verdad no ha sufrido la desgracia de tener que aguantar a esas "pobres e inocentes personas" haciendo bulla y faltando el respeto de forma permanetnte al lado de su casa, o viendo como cobran por inlcuo más de 10 turnos como si fuera su derecho venderlos y q los que no se los compren a veces no alcancen para lo q marcaron, siendo esto algo muy lógico. Por supuesto q la escasez es la base principal de este problema, pero lo agravan la falta de moral, la poca capacidad o interés de la policía de resolver los problemas, al igual q la de los gobiernos locales. es indignante para mí, que se les dignifique a estas personas que son una real molestia para Casi todos, digo casi porque a usted definitivamente le parecen una maravilla, entiendo que ustedes tienen que hacer sus noticias "independientes" de forma que se critique al gobierno, y para eso hay mucha tela de donde cortar, pespecialmente con el tema de los coleros, pero que se les defienda de verdad que denigra el trabajo periodístico. Much@s de esas buenas personas que se dedican a ser coleros son exconvictos o delincuentes a no han sido apresados y se organizan como una mafia para q a pesar de la escasez que ya hay, parezca q hay incluso menos y así ellos lucrar más, periodismo es investigación, no opinión. INVESTIUGUEN, VIVAN Y SUFRAN para que sepan lo q son los temas q ponen o exponen. Cuba es un desastre como muchos otros países, pero lo peor que tiene, es su gente

Bravo, así se habla!

Ño, compadre, qué decepción leer esto! Esta defensa a ultranza que haces de las coleras no está a tu altura. ¿Por qué no trabajan? ¡Porque no quieren ser auxiliares de limpieza ni ayudantes de cocina! La ilegalidad no la justifica ninguna necesidad. Por favor, el que hayas sido víctima de injusticias no quieres decir que vires la cara cuanco la justicia actúa.

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